Nebulosas

Las nebulosas son enormes nubes de gas, mayoritariamente hidrógeno y helio, aunque pueden contener elementos más pesados, y polvo cósmico (partículas sólidas muy pequeñas pero mayores que los átomos o moléculas, formadas por agrupaciones de átomos, moléculas, que contienen no solamente átomos de hidrógeno y helio, sino también de otros elementos).

Cuando digo enormes nubes me refiero a eso, muy, muy grandes, ya que suelen tener diámetros desde algunas decenas de años luz hasta cientos de años luz. Si un año luz son unos 9,5 billones de kilómetros, nos podemos hacer una idea como de grandes pueden ser las nebulosas.

Todo este material, el gas y el polvo, se mantiene unido debido a la atracción gravitatoria ejercido entre sus partículas, formando estas inmensas nebulosas, las cuales se encuentran esparcidas por el medio interestelar de las galaxias.

Pero no todas las nebulosas son iguales. En principio tenemos que hay dos grandes tipos de ellas. Por un lado hay nebulosas que son los lugares donde nacen estrellas y el gas que las forma es prácticamente hidrógeno y helio; por otro lado hay otras nebulosas que son los restos de estrellas moribundas o muertas y, en este caso, los elementos que las forman son más pesados.

En cualquier caso tienen un papel importante, ya sea como «cuna» de estrellas o como fuentes de materia para formar nuevas estrellas.

Entradas:

Entradas de nebulosas asociadas a regiones de formación estelar:

Entradas de nebulosas asociadas a estrellas muertas o moribundas o a estrellas de Wolf-Rayet: