Un eclipse de Sol se produce porque la Luna se pone entre el Sol y la Tierra y la sombra de la Luna cae sobre la Tierra.
Para que ocurra, la Luna ha de estar en fase de Luna nueva (la Luna está entre el Sol y la Tierra ⇒ la Luna está en conjunción) y, además, la Luna se encuentre en uno de los nodos.
En la zona de la Tierra que cae la sombra de la Luna, se produce un eclipse total; en la zona que cae la penumbra se produce un eclipse parcial.
Como la Luna es unas 400 veces más pequeña que el Sol, pero está unas 400 veces más cerca, la Luna y el Sol presentan la misma medida aparente (tamaño aparente) vistos desde la Tierra; esto hace que la Luna pueda tapar totalmente el Sol y que se produzcan eclipses totales.
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