La Luna gira alrededor de la Tierra en sentido antihorario y siguiendo una órbita elíptica, con la Tierra en uno de sus focos. De esta manera, hay un momento en el que la distancia de la Luna a la Tierra es máxima (apogeo) y otro en que esta distancia es mínima (perigeo).

La distancia media de la Luna a la Tierra es de unos 384000 Km, oscilando entre los 356500 Km en el perigeo y los 406700 Km en el apogeo. Las famosas superlunas son precisamente cuando nuestro satélite está en perigeo.
La órbita de la Luna está inclinada 5,1º respecto al plano de la eclíptica, esto es, al plano de la órbita de la Tierra.

Esta inclinación hace que la Luna esté mayoritariamente o por encima o por debajo del plano de la eclíptica. Pero por este mismo motivo, habrá dos momentos que cruzará dicho plano, cuando pasa de estar por encima a estar por debajo y viceversa.

Estos dos puntos de intersección de la órbita de la Luna con el plano de la eclíptica son los denominados nodos, nodo ascendente cuando la Luna pasa de estar por debajo a estar por encima del plano de la eclíptica y nodo descendente cuando pasa de estar por encima a estar por debajo de este plano. La línea recta que determinan los dos nodos, y que pasa por la Tierra, se denomina línea de los nodos.
Tan solo se producen eclipses, tanto de Sol como de Luna, cuando nuestro satélite se encuentra en uno de los dos nodos. En estos momentos los tres astros se encuentran sobre el mismo plano. Si además, la Luna esta en conjunción con el Sol (está entre el Sol y la Tierra y, por tanto, está en fase de Luna nueva), los tres astros están alineados y se produce un eclipse de Sol; si la Luna está en oposición con el Sol (la Tierra se encuentra entre ellos y, por tanto, está en fase de Luna llena), los tres astros están alineados y se produce un eclipse de Luna.
Esta inclinación de la órbita lunar es la causante de que los eclipses no se produzcan en cada Luna nueva y cada Luna llena, que sería lo que ocurriría si el plano de la órbita de la Luna coincidiera con el de la eclíptica.