En el año 1054, unos astrónomos chinos, entre otros, observaron que de repente aparecía en el cielo una estrella nueva. Esta estrella era muy brillante, mucho más que la estrella más brillante del cielo, tan brillante que incluso se veía de día. Esta nueva estrella estuvo un tiempo (meses) visible y poco a poco se fue atenuando hasta que desapareció. Lo que realmente observaron estos astrónomos y otros observadores de la Edad Media, fue una supernova, la explosión de una estrella masiva y su final.
Cuando una estrella masiva explota en una supernova, expulsa al espacio todo el material que se ha ido formando en ella formando una nebulosa, denominada remanente de supernova y esparciendo todo este material al espacio. Si hoy día miramos o hacemos una fotografía con telescopio a la zona del cielo donde hace mil años vieron este acontecimiento, lo que se ve es el remanente de aquella supernova, la denominada nebulosa del Cangrejo, el primer objeto del catálogo de Messier (M1). Pero el primero en observarla no fue el astrónomo francés, sino el inglés John Bevis unos años antes de que Messier la catalogase en el mismo siglo (XVIII).
En la fotografía siguiente, hecha el 18 de noviembre de 2017 desde Querol con un telescopio reflector Skywatcher 200/1000 y una cámara Canon EOS 550D, puede verse los restos de aquella supernova vista en el año 1054, el remanente de aquella explosión, la nebulosa del Cangrejo.
Además de la nebulosa, dentro de ella hay lo que queda de la estrella original, una densa estrella de neutrones que gira muy rápido (30 veces por segundo), es decir, un pulsar, el llamado pulsar del Cangrejo.
La imagen siguiente es un recorte de la anterior, donde se ve con más detalles este remanente de supernova.
M1, catalogada también en el catálogo NGC como NGC 1952, se encuentra en el cielo en la constelación de Tauro, a una distancia de unos 6500 años luz. Pero claro, esto quiere decir que no estamos viendo los restos de la explosión 1000 años después, sino los de 6500 años después. De la misma manera, la supernova que vieron hace 1000 años, realmente hacía 6500 años que había sucedido. Probablemente hoy día este remanente tendrá un aspecto diferente y estará más esparcido, pero nos habremos de esperar 6500 años para verlo como es hoy día.
En la fotografía siguiente, hecha desde Siurana, en el Alt Empordà (Gerona) el 6 de diciembre de 2012 con una cámara Canon EOS 30D y un objetivo Sigma 17-70, puede verse la ubicación en el cielo de la nebulosa del Cangrejo. También puede verse Júpiter, que aquellos días estaba sobre la constelación de Tauro.
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