Situada en el cielo en la constelación de Acuario, se encuentra la hermosa nebulosa de la Hélice (o nebulosa Helix), conocida también como el ojo de Dios y catalogada en el Nuevo Catálogo General como NGC 7293 y en el de Caldwell como C 63.

Se trata de una espectacular nebulosa planetaria, esto es, una fase tardía de una estrella mediana (tipo Sol). Cuando una estrella mediana agota el combustible, se desprende de sus capas externas menos densas y las expulsa al espacio formando estas preciosas nebulosas planetarias.

El núcleo de la estrella, lo que queda de la estrella original, su remanente, se condensa formando una pequeña y muy densa enana blanca (estamos hablando de cuerpos de un volumen semejante al de la Tierra con una masa similar a la del Sol). Estas enanas blancas remanentes de la estrella original, suelen observarse en el centro de las nebulosas planetarias.

El Sol, de aquí a unos 5000 millones de años, acabará de una manera similar.

La imagen siguiente, realizada desde Querol el día 4 de diciembre de 2021 con un telescopio reflector Skywatcher 200/1000 y una cámara Canon EOS 550D, es de la nebulosa de la Hélice.

A pesar de que no había Luna y tampoco nubes, soplaba un viento bastante fuerte, lo que me hizo desechar algunas tomas por salir algo movidas. Además, en esa época, la nebulosa de la Hélice se encuentra bastante baja en el cielo, lo que hizo que las luces de poblaciones lejanas y, sobre todo, unas luces solares que se ha puesto el vecino y cada vez que pasaba se encendían, hizo también que desechara algunas otras tomas por sobreexposición y, con las que me quedé, estaban un pelín sobreexpuestas igualmente. Total, que la imagen resultante no es que me convenza del todo y, en cuanto pueda, la volveré a hacer (como otras varias). De todas maneras se puede apreciar toda su espectacularidad y estructuras.

Es una de las nebulosas planetarias más cercanas a nosotros, pues se encuentra solo a unos 650 años luz de distancia. Además, es la nebulosa planetaria más brillante (tiene una magnitud aparente de 7,6) y, con un diámetro de casi 6 años luz, tiene un tamaño aparente de 25 minutos de arco, es decir, casi como la Luna llena, lo que hace que sea la nebulosa planetaria de tamaño aparente mayor.

El hecho de que sea tan brillante y tan «grande», hace que sea un objeto que pueda verse con binoculares o con telescopios no muy grandes, eso sí, en cielos bastante oscuros y, de todas maneras, muy débilmente. Es decir, es un objeto que, a pesar de tener un brillo y un tamaño aparente considerables, es muy débil y escurridizo de observar. Pero es precisamente su enorme tamaño lo que le hace ser tan escurridizo, ya que da como resultado que su brillo superficial sea bajo (13,5 mag/min arco²).

Esto hizo que ni Charles Messier ni William ni John Herschel la detectaran y que no fuera hasta 1824, en realidad en algún momento antes de 1824, en que el astrónomo alemán Karl Ludwig Harding la descubriera.

Si bien su aspecto es similar al de la nebulosa del Anillo (M57), sus características físicas son semejantes a las de la nebulosa Dumbbell (M27). El nombre de hélice se le dio porque desde nuestra perspectiva terrestre, los gases de la nebulosa parecen una hélice vista desde arriba.

La nebulosa brilla debido a la ionización de los átomos del gas de la misma, provocada por la intensa radiación ultravioleta de la enana blanca central a 120000 K. Se distinguen dos zonas claramente, una interna azulada, cuyo color proviene de la ionización de los átomos de oxígeno, gas predominante en dicha zona, y otra externa rojiza, color debido a la ionización del hidrógeno y nitrógeno, elementos predominantes en esta zona más externa.

Sin embargo, la estructura de la nebulosa Helix es más compleja, como puede verse en la imagen siguiente, realizada por el telescopio espacial Hubble y las anotaciones por el STSci («Space Telescope Science Institute», que es el centro de operaciones científicas de los telescopios espaciales Hubble, James Webb y Nancy Grace Roman).

El halo externo de la nebulosa, el anillo más externo («outermost ring») abarca 6 años luz de diámetro, ocupando 25′ de arco en el cielo, el anillo externo («outer ring») se extiende por unos dos años luz (unos 15′ de arco, la mitad de la Luna llena) y el interior azulado («inner disk») abarca unos 8 minutos de arco. Entre el anillo externo («outer ring») y el más externo («outermost ring»), hay otro halo con dos estructuras denominadas plumas.

La edad de la nebulosa está en el orden de entre los 9400 y los 12900 años, cuando la estrella llegó al final del ciclo de su vida y empezó a expulsar sus capas externas. Pero parece ser que esta expulsión se produjo en dos períodos diferenciados, primero el disco externo, hace unos 12000 años y después, hace unos 6600 años, el interno.

Como he comentado al inicio de la entrada, la nebulosa de la Hélice se encuentra en el cielo en la constelación de Acuario, más o menos en el centro de los asterismos de dicha constelación, Capricornio y el Pez Austral. Aproximadamente se encuentra a medio camino de las estrellas Fomalhaut (α PsA, Alpha Piscis Austrini, la estrella más brillante del Pez Austral) y de ι Aqr (Iota Aquarii), de magnitud aparente 4,3 y, por tanto, visible a simple vista.

En la imagen siguiente, realizada también desde Querol el día 4 de diciembre de 2021 (mientras realizaba la foto de la nebulosa), con una cámara Canon EOS 70D y un objetivo Canon 15-85, he indicado la ubicación de la nebulosa de la Hélice (coordenadas ⇒ AR: 22h 06m 26s / Dec: -61º 52′ 12»).

Se observan también los dos gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno, que estaban en la zona y en el mismo campo.