Las constelaciones circumpolares

Las estrellas y constelaciones circumpolares son aquellas que siempre las vemos, no se ponen nunca, las podemos ver a cualquier hora del día (si no fuera por el Sol también las veríamos de día) y cualquier día del año. Se llaman así porque parecen que, en el hemisferio norte, giren en torno a la estrella Polar.

Debido a la rotación terrestre, nos da la sensación de que toda la esfera celeste gira en torno a los polos celestes; da la sensación de que todas las estrellas hacen un giro completo en 24 horas, incluso la estrella Polar, que no está situada exactamente en el Polo Norte Celeste, describe una circunferencia alrededor del polo, aunque es prácticamente inapreciable.

Dependiendo de la latitud en la que nos encontremos, habrán unas estrellas que saldrán, describirán un arco en el cielo y finalmente se pondrán, mientras que habrán otras, las circumpolares, que describirán una circunferencia alrededor del polo celeste, ni saldrán ni se pondrán.

En el polo norte, la estrella Polar está situada en el cenit y todas las estrellas son circumpolares, todas describen una circunferencia paralela al horizonte, de manera que ninguna estrella ni sale ni se pone y, por tanto, tampoco aparecen nuevas estrellas. En el polo sur tendríamos algo parecido, pero sin ninguna estrella en el cenit.

En el polo norte

En el ecuador, las estrellas describen semicírculos de manera que, todas las estrellas salen y se ponen, excepto la estrella Polar, que está en el horizonte.

En el ecuador

En una latitud intermedia, habrán estrellas que describirán círculos alrededor del polo, las circumpolares, mientras que habrán otras que saldrán y se pondrán.

En una latitud intermedia

En una latitud intermedia, las estrellas y constelaciones circumpolares y no circumpolares dependerán de la latitud a la que nos encontremos. Así por ejemplo, en mi latitud, Barcelona (41º N), todas las estrellas que se encuentran a menos de 41º del Polo Norte Celeste son circumpolares, mientras que las que se encuentran a más de 41º salen por el este, describen un arco hacia el sur y se ponen por el oeste.

En estas latitudes, las constelaciones circumpolares son seis: Osa Menor, Osa Mayor, Dragón, Casiopea, Jirafa y Cefeo, si bien algunas estrellas de la Osa Mayor que están a más de 41º del Polo Norte Celeste, no se ven durante el otoño.

Constelaciones circumpolares a unos 41º N

Los nombres de estas constelaciones, como las de todas del hemisferio norte, provienen de la antigüedad. De las seis, tres hacen referencia a tres animales reales: las dos Osas y la Jirafa, y las otras tres a seres mitológicos: el Dragón y el rey Cefeo y su mujer Casiopea, padres de Andrómeda. Como se explica en las constelaciones de otoño, esta pareja, junto con las constelaciones de otoño Perseo, Andrómeda y la Ballena, tiene una célebre historia mitológica, el mito de Perseo y Andrómeda.

En la figura siguiente, realizada a partir del Stellarium, pueden verse las representaciones de las constelaciones circumpolares.

Representación de las constelaciones circumpolares

La Osa Menor está en el centro y, alrededor suyo, se encuentran las otras cinco constelaciones circumpolares. La Polar nos apunta a la Jirafa y, girando en sentido contrario a las agujas del reloj (de este a oeste), vienen Casiopea, Cefeo, Dragón y la Osa Mayor, como puede verse en las fotografías siguientes. Ambas están realizadas con una cámara Canon EOS 70D y un objetivo Canon 15-85 (todas las fotografías de este artículo están hechas con la misma cámara y objetivo), la de la izquierda desde Puerto de la Cruz, Tenerife, el día 25 de agosto de 2014 y la de la derecha desde Querol el día 17 de junio de 2018 (el resto de fotografías de este artículo están hechas también desde Querol).

La Osa Menor, de la cual ya hablo en Orientarse en el cielo, es una constelación que te has de fijar bien en ella. En cielos oscuros se ven perfectamente todas sus estrellas, pero en urbanos solamente las tres más brillantes: la Polar (α UMi), Kochab (β UMi) y Pherkad (γ UMi). La Polar es una estrella de magnitud aparente +1,95 que se encuentra a una distancia de unos 430 años luz. Es un sistema múltiple (triple), cuyo componente principal es una supergigante amarilla de tipo espectral F.

La Jirafa es una constelación que cuesta de ver, sus estrellas no son muy brillantes, por lo que en cielos urbanos nos podemos olvidar y en oscuros cuesta de identificarla entre tanta estrella.

Casiopea, constelación de la cual ya hablo en Desde Casiopea, posee unas estrellas lo suficientemente brillantes como para poderla ver perfectamente, tanto desde cielos urbanos como oscuros, a pesar de que la atraviesa la Vía Láctea. Además, su forma característica de M o W, la hace inconfundible. En Casiopea hay algunos objetos interesantes de cielo profundo, como las nebulosas de emisión del Corazón y del Alma, la nebulosa de la Burbuja, la nebulosa Pacman y su cúmulo asociado, el cúmulo abierto que está catalogado como M52 o las nebulosas IC 63 e IC 59, la primera de emisión y la segunda de reflexión.

En cuanto a Cefeo, aunque en cielos oscuros nos puede costar de ver entre tanta estrella, una vez identificada no se olvida por su forma de casita que dibujamos todos de niños. Cefeo también contiene diversos objetos de cielo profundo interesantes, como las nebulosas de emisión del Mago, la catalogada como IC 1396, la nebulosa de reflexión conocida como nebulosa Iris, el complejo de nebulosidades NGC 7822, el cúmulo abierto NGC 6939 o la galaxia de los fuegos artificiales.

En la siguiente fotografía, realizada el día 1 de junio de 2019, pueden verse estas tres constelaciones circumpolares.

La Jirafa, Casiopea y Cefeo

La Jirafa nos enlaza, por un lado, con la constelación de invierno de la Auriga y por otro lado, junto con Casiopea, con las constelaciones de otoño de Perseo y Andrómeda, como puede verse en las siguientes fotografías, realizadas el día 8 de diciembre de 2018.

En cuanto a Cefeo, nos enlaza con la también constelación de otoño del Lagarto y con el la constelación de verano del Cisne, como podemos ver en la siguiente fotografía, realizada el día 17 de junio de 2018.

Zona Cisne

Después de Cefeo, nos encontramos con el Dragón. Es una larga constelación que discurre entre las dos Osas. A pesar de ser larga, solamente la veremos entera en cielos oscuros. El Dragón nos enlaza con las constelaciones de verano de Hércules, la Lira y el Cisne. En las siguientes fotografías, realizadas los días 7 de diciembre de 2018 (la primera) y 8 de septiembre de 2018 (la segunda), podemos ver la constelación del Dragón entera (la primera) y como nos enlaza con las constelaciones de verano (la segunda).

Finalmente, después del Dragón, nos encontramos con la Osa Mayor, famosa constelación por su asterismo el Gran Carro. De esta constelación ya hablo tanto en Orientarse en el cielo como en Desde la Osa Mayor. En esta constelación nos encontramos con unas galaxias muy conocidas y fotografiadas entre los aficionados: la espiral galaxia del Molinete y otras tres que las encontramos en el mismo campo, M81, M82 y NGC 3077. La Osa Mayor nos enlaza con las constelaciones de primavera del Lince, el León Menor, Canes Venatici y el Boyero, como podemos ver en las siguientes fotografías, realizadas los días 1 de junio de 2019 (la primera) y 17 de junio de 2018 (la segunda).

Debido a la traslación terrestre, la posición de las estrellas a lo largo del año a una misma hora va variando a lo largo del año (ver el artículo los movimientos aparentes de los objetos del cielo) de manera que, si miramos una misma estrella circumpolar todos los días del año a la misma hora, observaremos que dará un giro completo alrededor del polo celeste.

Movimiento anual de las constelaciones circumpolares

Una foto de larga exposición apuntando a la estrella Polar (o al Polo Sur Celeste), mostrará las trazas de las estrellas circumpolares como circunferencias concéntricas con el centro la estrella Polar. Bien, en realidad lo que saldrán serán arcos de circunferencia, ya que, para que salieran circunferencias completas la foto habría de durar 24 horas.

La siguiente fotografía, realizada el día 7 de noviembre de 2015, muestra el movimiento aparente de las circumpolares durante 43 minutos. Las dos líneas rectas que se observan son de dos Táuridas.

Trazas circumpolares durante 43 minutos

Las dos siguientes fotografías son las instantáneas correspondientes al minuto 1 (izquierda) y 43 (derecha) de la imagen anterior.

A continuación un time lapse realizado a partir de las fotografías utilizadas para hacer la de las trazas, donde se muestran los 43 minutos resumidos en 8 segundos. Pueden verse también el paso de las Táuridas.

43 minutos en 8 segundos

Acerca de José Luis Martínez Martínez

Profesor de matemáticas de ESO y Bachillerato
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