Las constelaciones de primavera

El cielo de primavera, en el hemisferio norte, no es muy atractivo a simple vista. Es un cielo oscuro y con pocas estrellas brillantes; pero precisamente por ello, podemos encontrar en estas fechas una abundancia de galaxias.

Nos encontramos en una época en la que la Vía Láctea no atraviesa el cielo y, por ello, apenas tenemos nebulosidades de polvo y gas que nos tapen lo que hay más allá de nuestra galaxia. Pero por ello mismo podemos ver, con la ayuda de un telescopio, objetos más allá de nuestra galaxia, es decir otras galaxias.

De hecho, las constelaciones primaverales de Leo, Virgo y la Cabellera de Berenice, contienen diversas galaxias y, en concreto, entre ellas tres se encuentra el cúmulo de Virgo. El cúmulo de Virgo, el cual contiene entre 1000 y 2000 galaxias, es el cúmulo galáctico más cercano al cúmulo al cual pertenece nuestra galaxia la Vía Láctea (el Grupo Local) y se encuentra a una distancia de unos 60 millones de años luz. Tanto el cúmulo de Virgo como nuestro Grupo Local pertenecen al Supercúmulo de Virgo, el cual contiene alrededor de 100 cúmulos galácticos de los cuales, el principal y que además está situado hacia el centro del supercúmulo, es el cúmulo de Virgo.

En Virgo se encuentran muchas galaxias, como la galaxia del Sombrero o las cuatro catalogadas como NGC 5560, NGC 5566, NGC 5569 y NGC 5577, en Leo nos encontramos con diversos grupos de galaxias, el famoso Trío de Leo, el otro trío el de las galaxias M105, NGC 3384 y NGC 3389 o las galaxias M95 y  M96 y en la Cabellera de Berenice también hay diversas galaxias, como M100, la galaxia secadora de cabello o NGC 4565, la galaxia de la Aguja.

Como he comentado, no es un cielo que destaque por estrellas brillantes; en concreto, son tres las estrellas más brillantes de este cielo, las cuales son las estrellas más brillantes de las tres constelaciones que presiden el cielo de primavera: Arturo del Boyero (Bootes), Spica de Virgo y Regulus de Leo. Además, estas tres estrellas forman el Triángulo de primavera, un enorme asterismo en forma de triángulo en cuyos vértices se encuentran las tres estrellas mencionadas.

En la siguiente imagen, realizada desde Querol el día 31 de marzo de 2019 con una cámara Canon EOS 70D y un objetivo Canon 15-85 (todas las fotografías de este artículo están realizadas el mismo día y con el mismo equipo), puede verse este asterismo de primavera.

Triángulo de primavera

Arturo, α Boo, es la estrella más brillante de la constelación del Boyero, la cuarta estrella más brillante del cielo (después de Sirio, Canopus y Alfa Centauri), y la más brillante del hemisferio norte celeste (Sirio, Canopus y Alfa Centauri pertenecen al hemisferio sur celeste). Pero Alfa Centauri es un sistema triple, en realidad son tres estrellas (Alfa Centauri A, Alfa Centauri B y Proxima Centauri) que en conjunto y a simple vista se ven como como una única estrella de magnitud aparente entre Canopus y Arturo. Si consideramos en su conjunto el sistema múltiple Alfa Centauri, Arturo sería la cuarta estrella más brillante del firmamento, pero si las consideramos por separado, la estrella principal del sistema, Alfa Centauri A, es menos brillante que Arturo (ésta tiene una magnitud visual de -0,04 y aquélla de -0,01), por lo que podríamos considerar Arturo como la tercera estrella más brillante.

Arturo es una estrella gigante naranja del tipo espectral K, con un tamaño de unas 26 veces nuestro Sol y está a una distancia de unos 37 años luz. Su nombre proviene del griego Arcturus, el guardián de la Osa, ya que en sus proximidades se encuentran las dos Osas. Existen diversas versiones mitológicas sobre Boyero, pero la mayoría lo relacionan con un labrador.

Spica es la estrella más brillante de la constelación del zodiaco Virgo. Es una estrella gigante azul del tipo B, que se encuentra a una distancia de unos 250 años luz. Spica significa espiga y hace referencia a una espiga de trigo que lleva en la mano la diosa Virgo, que en la mitología griega era Astrea, la diosa virgen hija de Zeus y Temis.

Regulus es la estrella más brillante de la constelación, también del zodiaco, Leo. Es una estrella azul del tipo espectral B que se encuentra a unos 79 años luz de distancia.

En el cielo de primavera encontramos también otro asterismo, el Diamante de Virgo; en este caso es un cuadrilátero en forma de casi un trapecio rectángulo, en los vértices del cual se encuentran las estrellas Arturo, Spica, Denébola (β Leo) y Cor Caroli (α CVn). En la imagen siguiente podemos ver este asterismo.

Diamante de Virgo

Denébola es la segunda estrella más brillante de la constelación de Leo, es una estrella blanca del tipo A y está situada a unos 36 años luz de distancia.

Cor Caroli es la estrella más brillante de la constelación de los Perros de caza (Canes Venatici), situada a unos 110 años luz de distancia. En realidad es una estrella binaria que con un telescopio pequeño pueden verse sus dos componentes. El nombre de Cor Caroli (Corazón de Carlos), se lo dio Edmund Halley en el siglo XVIII en honor a Carlos II de Inglaterra, aunque hay fuentes que lo atribuyen a Carlos I. Por lo visto fue el físico de la corte del rey el que aconsejó a Halley, afirmando que el día en que regresó el rey a Londres, en 1660, esta estrella brilló de una forma especial.

Los perros de caza, Asterion y Chara, son dos perros que están sostenidos por el Boyero y que van siguiendo las dos Osas por el firmamento.

Además del Boyero, Leo y Virgo, en el cielo de primavera del hemisferio norte encontramos otras constelaciones: por encima de Virgo y el Boyero y entre ambas está la escurridiza Cabellera de Berenice (Coma Berenices) y la pequeña Perros de caza y, a continuación, la circumpolar Osa Mayor.

En Canes Venatici nos encontramos diversas galaxias, como la famosa galaxia del Remolino, la galaxia del Girasol o las galaxias de la Ballena y NGC 4627. En esta constelación también se encuentra el impresionante M3, uno de los mayores cúmulos globulares del hemisferio norte

Hacia el oeste del Boyero nos encontramos con siete estrellas en forma de semicircunferencia, es la constelación Corona boreal y a continuación vendrían las constelaciones de verano. Hacia el sur de Virgo nos encontramos con las pequeñas Cuervo y Copa (Cráter), la escurridiza y pequeña Sextante y la larga Hydra.

Finalmente, por encima de Leo está la escurridiza León Menor, el Lince y de nuevo la famosa circumpolar Osa Mayor. Por el lado de la cabeza de Leo, y de la Hydra, tenemos a la constelación del zodiaco Cáncer, con M44, el Pesebre, precioso cúmulo abierto visible a simple vista como una mancha difusa en cielos oscuros. A partir de Cáncer ya vendrían las constelaciones de invierno.

En las siguientes imágenes podemos ver todas estas constelaciones de primavera, así como las figuras que representan estas constelaciones, realizada esta última a partir del Stellarium.

Acerca de José Luis Martínez Martínez

Profesor de matemáticas de ESO y Bachillerato
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