Todas las estaciones, en el hemisferio boreal, tienen sus constelaciones y/o asterismos que las representan. En primavera tenemos el Triángulo de primavera, en verano el Triángulo de verano, en invierno la constelación de Orión y los asterismos el Hexágono y el Triángulo de invierno y en otoño la constelación Pegaso y el asterismo el Gran Cuadrado de Pegaso, del cual ya hablo en Desde Pegaso y el Gran Cuadrado.
Como se comenta en dicho artículo, este asterismo está formado por cuatro estrellas bastante brillantes que están en los vértices de un enorme cuadrilátero casi cuadrado y que son: Alpheratz (α And), Scheat (β Peg), Markab (α Peg) y Algenib (γ Peg). Alpheratz en realidad pertenece a la constelación de Andrómeda (es la estrella más brillante de dicha constelación) y une esta constelación con la de Pegaso.
En la imagen siguiente, realizada desde Querol el día 7 de septiembre de 2019 con una cámara Canon EOS 70D y un objetivo Canon 15-85 (todas las imágenes de este artículo, están realizadas con esta cámara y objetivo), podemos ver la constelación de Pegaso y el Gran Cuadrado.

Alpheratz, en realidad, es una estrella compartida por Andrómeda y Pegaso de manera que, si bien hoy día se la considera de Andrómeda y se la conoce como α And, en su día Johan Bayer la incluyó en Pegaso como δ Peg, por lo que nos podemos encontrar Alpheratz con esta denominación, si bien es más conocida como α And. Está situada a unos 97 años luz de distancia y es una estrella binaria de magnitud aparente +2,05, cuya componente principal es una gigante blanco-azulada del tipo espectral B. Además de Alpheratz también tiene el nombre de Sirrah, ambos del árabe Al Surrat al Faras (el ombligo del caballo).
Scheat es la segunda estrella más brillante del caballo alado, con una magnitud aparente de +2,4. Es una gigante roja del tipo espectral M, situada a una distancia de unos 196 años luz. Su nombre proviene también del árabe as-saq (la pierna).
Markab, a pesar de denominarse α Peg, no es la estrella más brillante de Pegaso, sino la tercera (la estrella más brillante es Enif, ε Peg, con una magnitud aparente de +2,35, mientras que la de Markab es de +2,45). Es una estrella gigante blanco-azulada del tipo espectral A, que se encuentra a una distancia de unos 135 años luz. Su nombre es árabe, Markab, la silla del caballo.
Algenib es la cuarta estrella más brillante de Pegaso, con una magnitud aparente de +2,8. Es una gigante azul del tipo espectral B, que se encuentra situada a unos 400 años luz de distancia. Su nombre también viene del árabe, al-janib, el lado o flanco del caballo.
En Pegaso se encuentra el objeto Messier M15, que es un cúmulo globular, y dos grupos de galaxias muy conocidos entre los aficionados, el Grupo NGC 7331 y Quinteto de Stephan.
Además de Pegaso, el cielo de otoño nos ofrece otras constelaciones. Como ya se ha comentado, Pegaso comparte Alpheratz con Andrómeda, otra constelación de otoño y famosa porque en ella encontramos la galaxia de Andrómeda, M31, la galaxia mayor del Grupo Local (cúmulo de galaxias al cual pertenece nuestra galaxia, la Vía Láctea), junto con sus galaxias enanas satélites M32 y M110. Por debajo de Andrómeda nos encontramos con la pequeña constelación del Triángulo, famosa por contener otra galaxia del Grupo Local, la galaxia del Triángulo, M33, la tercera mayor de dicho cúmulo (la segunda es la Vía Láctea) y Aries. Por debajo de Andrómeda, pero sobre todo de Pegaso, está la larga constelación de Piscis y por encima del caballo la pequeña y escurridiza constelación del Lagarto.
En las imágenes siguientes, realizadas también desde Querol el día 30 de noviembre de 2019, podemos ver estas constelaciones.


Hacia la derecha de Pegaso nos encontramos con el Cisne y las constelaciones de verano y por encima de Andrómeda y del Lagarto, Cefeo y Casiopea y las constelaciones circumpolares, como puede verse en la siguientes imágenes, realizadas también desde Querol el mismo día que las anteriores.


Por debajo de Piscis hay otra enorme constelación de otoño, la Ballena y a su derecha Acuario. En Acuario está la hermosa nebulosa planetaria de la Hélice. En las siguientes imágenes, realizadas los días 7 de septiembre de 2019 y 8 de diciembre de 2018 también desde Querol, podemos ver estas otras constelaciones de otoño.



Finalmente, a la izquierda de las constelaciones de Andrómeda, el Triángulo y Aries, nos encontramos con la última constelación de otoño del hemisferio norte que nos queda, Perseo, con su espectacular Doble cúmulo de Perseo situado entre esta constelación y Casiopea, visible a simple vista desde cielos oscuros y que son dos cúmulos abiertos, NGC 869 y NGC 884. En Perseo también está la nebulosa de emisión de la huella fósil y la nebulosa de reflexión que está catalogada como NGC 1333. En la siguiente imagen, realizada también desde Querol, podemos ver dicha constelación.
Perseo por debajo y la Ballena por la izquierda, nos enlazan con la Auriga y el Tauro y las constelaciones de invierno, como muestra la siguiente imagen realizada desde Querol el día 30 de noviembre de 2019.

La mitología griega tiene una bonita historia referente a algunas de estas constelaciones y dos circumpolares, el mito de Perseo y Andrómeda. Según dicha mitología, Cefeo, rey de Etiopía según algunos y Jopa (Jaffa), en Palestina, según otros y su mujer Casiopea, eran los padres de Andrómeda.
Andrómeda y su madre eran unas mujeres muy bellas, pero Casiopea además era muy vanidosa. Tanto fue así que se atrevió a decir que su belleza (la de ella y su hija) era mayor que la de las Nereidas, las ninfas del mar. Éstas, ofendidas por las palabras de Casiopea, se lo dijeron a Poseidón, el dios del mar, el cual se enfadó muchísimo y castigó al pueblo de Cefeo y Casiopea, enviando a sus costas al monstruo marino Cetus (la Ballena) y agitando las aguas con su tridente, provocando grandes inundaciones sobre las tierras costeras. Cefeo desesperado consultó al oráculo de Amón para ver cómo podía salvar su reino, el cual le dijo que la única solución era ofrecer en sacrificio a su hija Andrómeda al monstruo marino Cetus.
De esta manera, encadenaron en las rocas costeras a Andrómeda para que el monstruo la devorara, pero antes de eso, Perseo, que venía de matar a la Medusa a lomos de Pegaso, el caballo alado nacido de la sangre derramada de la Medusa al cortarle Perseo la cabeza, vio a la pobre y hermosa Andrómeda a punto de ser sacrificada y se enamoró de ella. Perseo fue a ver a Cefeo y Casiopea y se ofreció a salvar a Andrómeda a cambio de casarse con ella, a lo que los padres accedieron, a pesar de estar prometida a su primo Phineus (Fineo).
Perseo volvió al acantilado donde estaba encadenada Andrómeda y, tras una lucha feroz, consiguió matar al monstruo y salvar a Andrómeda. Ella y Perseo se casaron, pero durante la boda regresó Fineo, muy celoso él, junto con sus seguidores para proclamarse como legítimo marido de Andrómeda. Tras otra lucha feroz, Perseo sacó finalmente la cabeza de la medusa que la tenía guardada en su zurrón y convirtió en piedra a Fineo y a sus seguidores.
Finalmente Perseo y Andrómeda se casaron y vivieron muy felices el resto de sus días. A la muerte de la pareja, Atenea los situó en el cielo al lado de Cefeo, Casiopea, Pegaso y la Ballena.
La imagen siguiente, realizada a partir del Stellarium, muestra las representaciones de estas constelaciones y del resto de las constelaciones de otoño.

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