En la constelación invernal (hemisferio norte) del Unicornio (Monoceros), adyacente a la de Orión, y como en ésta, hay una enorme nube molecular, es decir, una enorme nube de polvo y gas, prácticamente hidrógeno, el cual no se encuentra en forma atómica (H), sino molecular (moléculas de dos átomos de hidrógeno, H₂).

Esta nube molecular gigante, denominada Monoceros R2 o Mon R2, está relacionada con las nubes de Orión, de las que forman parte las nebulosas del cinturón y la espada de Orión, como la famosa Gran nebulosa (M42 y M43, la nebulosa de Mairan), la nebulosa del Hombre corriendo, la nebulosa de la Flama (NGC 2024) o la Cabeza de caballo (B33), entre otras.

A pesar de que las nubes de Orión se formaron hace más tiempo que Mon R2 (aquéllas hace unos 30 millones de años y ésta hace entre 6 y 10 millones de años), su origen es el mismo, se formaron a partir de la misma nube de hidrógeno. Además, aunque las nubes de Orión están mas cercanas de nosotros que Mon R2 (aquéllas se encuentran a unos 1500 años luz y Mon R2 a unos 2700 años luz), están comunicadas entre sí por filamentos nebulosos.

Finalmente, y como ocurre en las nubes de Orión, en Mon R2, hay una intensa actividad de formación estelar.

La imagen siguiente, realizada desde Querol el día 28 de enero de 2022 con un telescopio reflector Skywatcher 200/1000 y una cámara Canon EOS 550D, es de este complejo nebuloso molecular.

Destacan en este complejo una serie de nebulosas de reflexión, las cuales reflejan la luz de las estrellas de la Asociación Monoceros R2, una asociación estelar ligada al complejo y formada por estrellas jóvenes y calientes de espectro OB, las cuales se formaron a partir del gas del complejo. Pero también hay zonas rojas de emisión, donde la energía de las estrellas ioniza el gas y lo hace brillar con luz propia, y mucho polvo que no deja pasar luz, nebulosas oscuras, que tapa muchas de las estrellas formadas en el complejo.

En la imagen destacan cuatro nebulosas de reflexión. La más brillante es la que está situada por el centro, justo a la derecha y por debajo de una nebulosidad rojiza; es la nebulosa de reflexión catalogada como NGC 2170, la cual suele dar nombre a todo el complejo. Esta nebulosa, conocida como la nebulosa del Ángel, que también está incluida en el catálogo de van den Berg como vdB 67 y en el de Lynds como LBN 994, fue descubierta por William Herschel en 1784. La luz reflejada en la nebulosa del Ángel proviene de una estrella azul de la asociación estelar, de tipo espectral B y de magnitud visual 10. NGC 2170 tiene una magnitud aparente de 9,5, un brillo superficial de 10,7 mag/min arco² y un diámetro aparente de 2 minutos de arco.

Al otro lado de la nebulosidad rojiza (en la imagen, justo a la izquierda y por encima de dicha nebulosidad), hay otra nebulosa de reflexión, es la catalogada como vdB 69 (también como LBN 995). Al igual que en NGC 2170, la luz reflejada en esta nebulosa proviene de una estrella masiva de la asociación estelar, también azul de tipo espectral B y de magnitud visual 9,7. Esta nebulosa tiene una magnitud aparente de 9, un brillo superficial de 10,7 mag/min arco² y un tamaño aparente de 3′ x 2′.

Por encima y un poco a la derecha de vdB 69 se encuentra otra nebulosa de reflexión, vdB 68 (LBN 993), de magnitud aparente 9, la cual también refleja la luz de una estrella masiva y azul de la asociación estelar Mon R2, de tipo espectral B y magnitud visual 9,3. Esta nebulosa la descubrió también William Herschel en 1786, a la que denominó WH IV 44.

A la izquierda de estas nebulosas, y por la zona superior-izquierda de la imagen, hay una cuarta nebulosa de reflexión, NGC 2182 (también catalogada como vdB 72 y como LBN 998). Como NGC 2170, esta nebulosa fue descubierta por William Herschel, pero dos años más tarde, en 1786. Como en las demás nebulosas de reflexión del complejo, la luz reflejada en NGC 2182 proviene de una estrella azul de la asociación estelar, de espectro B y magnitud visual 9,3. Esta nebulosa tiene una magnitud aparente de 9, un brillo superficial de 10,7 mag/min arco² y un tamaño aparente de 3′ x 2′.

A la izquierda de NGC 2170 y vdB 69 y separada de ellas por una nebulosa oscura, Dobashi 4977, hay una nebulosa de emisión, la catalogada como LBN 999. En este caso la luz no es reflejada, sino que la propia nebulosa emite luz. Ello es debido a que la luz procedente de las estrellas es muy energética e ioniza el hidrógeno de la nube, emitiendo luz en ese color rojizo típico de estas nebulosas.

En la imagen siguiente, que es la misma que la anterior, he anotado estas nebulosas comentadas.

La nube molecular Mon R2 es más amplia que la imagen y contiene algunas nebulosas más, tanto de reflexión como oscuras.

En la imagen he señalado la estrella HD 41794 con la denominación NGC 2167. En 1831, John Herschel (el hijo de William Herschel), confundió esta estrella con el objeto IV 44 (vdB 68), la nebulosa de reflexión que había descubierto su padre unos años antes. Más tarde, John Dreyer se dio cuenta de que los objetos descubiertos por padre e hijo eran distintos y, en 1912, hizo la corrección pertinente en el catálogo NGC, quedándose la estrella HD 41794 también con la denominación NGC 2167.

Como ya he indicado, en esta nube molecular gigante se han formado y se siguen formando estrellas, muchas de ellas invisibles en el espectro visible (las ocultan las propias nebulosas y el polvo del complejo), pero perfectamente visibles en estudios en infrarrojo. Parece ser que han habido dos olas de formación de estrellas; una de ellas se produjo hace unos 6 millones de años, en la que se formaron las estrellas de la Asociación Mon R2. Dicha asociación estelar se encuentra en la zona de NGC 2170 y vdb 69, si bien muchas de sus estrellas están ocultas por los gases de dichas nebulosas. También hay otros cúmulos abiertos formados en esta primera ola que están ocultos por la materia del complejo.

La segunda ola de formación estelar se está produciendo actualmente y ello se ha demostrado debido a la presencia de protoestrellas que emiten en infrarrojo y rayos X, las cuales fueron detectadas e identificadas por el telescopio espacial Chandra.

En la imagen siguiente, realizada también desde Querol el mismo día que la anterior, pero con una cámara Canon EOS 70D y un objetivo Canon 15-85, he indicado la ubicación en el cielo de NGC 2170 (coordenadas ⇒ AR: 06h 07m 49s / Dec: -6º 23′ 13″).