Como comento en El telescopio I: el tubo, describir un telescopio, aunque sea sin profundizar demasiado, da para escribir mucho. Es por ello que he dividido la entrada de este instrumento óptico en tres partes, una que habla del tubo y sus modalidades (El telescopio I: el tubo), otra, la presente, de la montura (El telescopio II: la montura) y una tercera (que todavía no he escrito) que hablará de los oculares y otros accesorios (El telescopio III: los oculares y otros accesorios),
La montura es una parte mecánica del telescopio que une la base del mismo (trípode, columna u otras), al tubo óptico y es una parte muy importante de este instrumento óptico, tanto como puede ser el tubo. De hecho, una buena montura vale tanto o más que un tubo.
Esto es porque la montura tiene dos funciones primordiales, por un lado ha de sostener al tubo y sus accesorios, sean ópticos o astrofotográficos; por otro lado, ha de permitir mover el tubo de manera que podamos encontrar y seguir los objetos del cielo.
Una montura ha de ser robusta, capaz de sostener el tubo y que no tenga vibraciones; no digamos ya si queremos hacer astrofotografía, donde el peso del tubo y los accesorios es considerable. Además, sus movimientos tienen que ser suaves y precisos, que hagan un buen seguimiento del objeto.
De esta manera, aunque en principio no lo parezca, la montura es una parte muy importante del telescopio y hemos de tomar una buena decisión a la hora de adquirir una.
Así, comprar una mala montura, como un mal tubo, hará que lo veamos todo borroso, vibrando y moviéndose, arruinando nuestra observación y arrinconando en un armario el telescopio.
Tipos de monturas
Existen dos tipos de monturas básicas de diferente diseño y funcionamiento, las monturas altazimutales (o altacimutales, ambos términos son correctos) y las monturas ecuatoriales. Además, tanto en unas como en otras, podemos tener tres tipos de monturas según su movimiento, monturas manuales, monturas motorizadas y monturas computarizadas.
Monturas altazimutales
Las monturas altazimutales son las más sencillas. Tienen un eje vertical o de azimut (o acimut, ambos términos son correctos), que nos permitirá hacer movimientos horizontales (en azimut) y un eje horizontal o de altitud, que nos permitirá hacer movimientos verticales (en altura).
Al tener únicamente estos dos movimientos horizontal y vertical, es la montura más sencilla e intuitiva; es la que suelen llevar los telescopios de juguete, pequeños refractores y telescopios terrestres. Un trípode fotográfico puede considerarse una montura altazimutal.
Las monturas altazimutales utilizan un sistema de coordenadas horizontales o altazimutales, que son unas coordenadas locales de posicionamiento que utilizan dos planos, uno horizontal o azimut dividido en grados, desde 0º para el norte hasta 360º para completar una vuelta en sentido horario (hacia el este), y otro vertical o altura dividido también en grados, desde 0º en el horizonte hasta 90º en el cenit. Objetos por debajo del horizonte tienen alturas negativas, pero no se ven. Así el nadir tiene una altura de -90º.
Los cuerpos celestes realizan trayectorias circulares en la esfera celeste, por lo que para hacer un seguimiento de los mismos, se han de mover los dos ejes, el horizontal y el vertical.
Este aspecto dificulta la observación, y más en monturas manuales. En monturas computarizadas, el objeto sí se mantiene en el campo del ocular, es decir, hay un seguimiento del mismo, pero no es posible hacer astrofotografías de larga exposición, ya que se produce la llamada rotación de campo.
Como estas monturas no giran sobre el mismo eje que la esfera celeste (la montura altazimutal gira en torno a un eje vertical, la vertical del lugar, que pasa por el cenit y el nadir, y la esfera celeste, y por tanto los objetos celestes, gira en torno a un eje oblicuo, el eje del mundo, que pasa por los polos celestes) y, aunque la computarización de la montura nos mantiene centrado el objeto, el resto del campo no centrado rota a su alrededor, haciendo trazos circulares cualquier objeto no centrado, tanto mayores a medida que nos alejamos del centro.
Este efecto, conocido como rotación de campo, es inapreciable en observación visual, pero en astrofotografía de larga exposición sí es apreciable, más acentuado a mayor tiempo de exposición.
Existen variaciones de la montura altazimutal más robustas y mejores que la estándar de la foto anterior, como son las de brazo y las tipo Dobson.
En las monturas de brazo, el tubo se sujeta desde un lateral mediante uno o dos brazos. Si solamente es uno se denominan monturas monobrazo y si son dos, monturas de horquilla. Ambas suelen usarse en pequeños refractores y catadióptricos y normalmente son monturas computarizadas con sistema goto, de lo que hablaremos más adelante.


En la imagen de la derecha, el telescopio es un Meade ETX70, un pequeño refractor de 70 mm de apertura, montado sobre una montura altazimutal de horquilla con sistema goto, que me llevé al instituto para hacer una práctica de observación solar. Puede verse que, en la boca del tubo, hay un filtro solar.
En general, las de horquilla son más estables que las monobrazo y, por tanto, no «tiemblan» tanto.
Las monturas tipo Dobson o dobsonianas, van montadas sobre una plataforma que está directamente en el suelo, sin trípode ni columna, la cual permite los movimientos horizontal y vertical.
Esta montura fue diseñada por el astrónomo amateur estadounidense John Lowry Dobson, buscando un diseño barato, portátil y que permitiera sostener grandes tubos.
La montura dobsoniana es barata e incluso puede construirse fácilmente y con materiales económicos.
El movimiento, que suele hacerse manualmente, a mano, es sencillo de realizar. De todas maneras, estas monturas se pueden motorizar y automatizar; pero al ser altazimutales, no se podrán realizar astrofotografías de larga exposición.
Las monturas dobsonianas están pensadas para grandes telescopios reflectores, para newtonianos de grandes aperturas (de 6 a 36 pulgadas, 150 a 910 mm, o más).
En la imagen de la derecha tenemos un tubo reflector (Newton) de 8 pulgadas (200 mm) de apertura y 1200 mm de distancia focal, montado en una montura dobsoniana.
De todas maneras, los tubos montados en monturas dobsonianas suelen tener entre 8 y 12 pulgadas (200 y 300 mm) de apertura, ya que tienen una buena capacidad de recolección de luz y pueden ser trajinados por una única persona.
Monturas ecuatoriales
La montura ecuatorial tiene un eje, el eje de Ascensión Recta (AR o también RA), paralelo al eje de rotación de la Tierra, por lo que podremos compensar el movimiento de rotación terrestre y, por tanto, seguir el movimiento de los astros en la esfera celeste, moviendo únicamente este eje AR. Esto hace que la montura ecuatorial sea la más utilizada.
El otro eje, perpendicular al eje AR, es el eje de declinación (DEC), cuya dirección es la del plano del ecuador celeste.
La montura ecuatorial utiliza un sistema de coordenadas ecuatoriales de manera que, girando en torno al eje AR, nos iremos moviendo entre meridianos celestes, lo que nos dará la coordenada AR de la esfera celeste (equivalente a la longitud terrestre) y girando en torno al eje DEC, nos iremos moviendo entre paralelos celestes, lo que nos dará la coordenada DEC de la esfera celeste (equivalente a la latitud terrestre).
La gran ventaja de la montura ecuatorial es que, ya sea manualmente o mediante motor, moviendo únicamente el eje AR, podemos seguir un objeto y tenerlo siempre centrado, lo cual nos permitirá también, realizar astrofotografías de larga exposición (siempre que la montura este motorizada o computarizada), pues ya no habrá rotación de campo. Pero como inconveniente, la montura ecuatorial es más compleja de utilizar y más cara que la montura altazimutal.
Las monturas ecuatoriales tienen una serie de elementos que he señalado en las dos siguientes imágenes, que son de la montura que utilizo para cielo profundo.


Antes de utilizar una montura ecuatorial hay que hacer dos rutinas para un perfecto seguimiento de los astros, el contrapesado y la puesta en estación, rutinas que al principio pueden parecer pesadas y largas, pero una vez aprendidas, es sencillo y rápido.
Para que los movimientos sean finos y precisos, para que los motores funcionen bien, el telescopio tiene que estar equilibrado, contrapesado. Hemos de equilibrar en los dos ejes, que no haya una tendencia a algún lado en ninguno de los dos. Para equilibrar la ascensión recta, se utilizan unos contrapesos que se ponen en una barra, la barra de contrapesos.
El tubo se acopla a la montura, normalmente, mediante un sistema de cola de milano. Unas anillas, que agarran el tubo, tienen atornillada una pletina o cola de milano que encaja en el soporte de la pletina de la montura. La pletina puede desplazarse hacia delante y hacia atrás en el soporte de la montura, con lo cual conseguiremos el equilibrado en declinación.
El movimiento fino de la montura, ya sea manual o con motores, funciona mediante unos engranajes. Pero para poder hacer el contrapesado o equilibrado, este mecanismo se ha de desembragar, sino no es posible. Para ello están los frenos de los ejes, uno para el de declinación y otro para el de ascensión recta. También podemos usar este desembragado para otros fines.
La puesta en estación consiste en poner el eje de ascensión recta paralelo al eje de rotación terrestre, de manera que apunte al polo norte celeste (en el hemisferio norte) o al polo sur celeste (en el hemisferio sur).
La montura ecuatorial, además de los movimientos en ascensión recta y declinación, también la podemos mover en altura y azimut. Es precisamente ajustando la altura (latitud, que la podemos ajustar primero a ojo mediante el círculo de la escala de latitud) y el azimut, como pondremos en estación nuestro equipo.


Para alinear de una manera fina el eje AR con el eje de rotación, es de gran ayuda un introscopio o buscador de la Polar.
Se trata de un pequeño catalejo que va introducido en la montura, en un orificio expreso a través del eje AR.
Normalmente lleva serigrafiado en su interior unos indicadores que nos servirán para dicha alineación.
Suelen ser dos círculos concéntricos con unas marcas, para colocar la estrella Polar según el día y la hora (para el hemisferio norte), y la situación de la constelación de Octans (para el hemisferio sur).
A veces lleva serigrafiado la Osa Mayor y Casiopea, así como Octans. Estos dibujos nos sirven de ayuda, ya que las constelaciones dibujadas han de estar orientadas como lo están en el cielo en esos momentos.
Para mover de manera fina, con sus engranajes, en ascensión recta y declinación, hay dos mandos (si la montura es manual) o un mando de control (si la montura es motorizada). En una montura computarizada, el mando de control nos servirá para unas cuantas cosas más, además de para mover la montura.
Para acabar con las partes de una montura ecuatorial, entre las tres patas del trípode se pone una plancha metálica para que dichas patas no se muevan. Además, nos servirá de bandeja de accesorios, donde podremos poner oculares y otros accesorios.
Monturas según su movimiento
Para mover la montura, y por tanto el tubo, ya sea para buscar un objeto como para seguirlo, y tanto si la montura es altazimutal como ecuatorial, lo podemos hacer de manera manual, motorizada o computarizada.
Monturas manuales
Son las más baratas y sencillas. Disponen de dos mandos que nos permiten mover, de manera manual, los ejes de altura y azimut (en monturas altazimutales) o bien los ejes de declinación y ascensión recta (en monturas ecuatoriales).
Primero, con los ejes desembragados, movemos para situarnos en la zona del objeto a observar, normalmente ayudándonos del buscador. Si sabemos las coordenadas, mediante los círculos graduados de la montura, también lo podemos hacer.
Seguidamente frenamos los dos ejes y, con los mandos, movemos de manera fina para buscar y colocar en el campo de visión del telescopio, el objeto celeste a observar.
Una vez colocado el objeto, para hacer su seguimiento, habremos de ir moviendo, casi constantemente, los dos ejes de manera fina (en las monturas altazimutales) o solamente el de ascensión recta (en las monturas ecuatoriales).
Son así muy sencillas de utilizar, pero constantemente hay que estar moviendo con los mandos para que el objeto no se vaya del campo de visión, debido a la rotación de la Tierra. Evidentemente, no podremos hacer astrofotografía.
Monturas motorizadas
En este caso, el movimiento no lo haremos nosotros, sino unos motores que se incorporan en los ejes.
Normalmente suelen ser monturas ecuatoriales y, mediante un mando de control, podremos mover de manera fina y automática, tanto el eje de declinación como el de ascensión recta.
La imagen de la derecha muestra la montura que llevaba mi primer telescopio, un newton 150/750 (como el de la foto de las monturas manuales; de hecho, es el mismo modelo de montura y tubo).
Sin embargo, el que se ve aquí no es el newton, sino un refractor 70/700 que uso para observar el Sol en luz blanca o por proyección (como en la foto).
Una vez tenemos el objeto centrado en el campo de visión del telescopio, el motor del eje de ascensión recta irá moviendo automáticamente dicho eje en sentido contrario a la rotación de la Tierra, contrarrestando dicho movimiento y manteniendo centrado el objeto.
En principio, dicha montura me venía sin motorizar, como la de la foto de las monturas manuales, pero cansado de tener que estar continuamente tocando el mando de AR para que no se me fueran los objetos del campo de visión, le puse motores en ambos ejes (como los de la imagen de la izquierda), tal como se ve en la foto de la montura con el refractor 70/700.
Ahora sí podremos realizar astrofotografías de larga exposición. De hecho, cuando motoricé esta montura, empecé con la astrofotografía en la modalidad de foco primario (acoplando una cámara al porta ocular de un telescopio).
Lo que no conseguimos motorizando una montura es hacer que el telescopio vaya a un objeto automáticamente, lo habremos de hacer manualmente, primero con los ejes desembragados y después con el mando de control, moviendo los ejes de declinación y ascensión recta.
Monturas computarizadas
Este tipo de monturas no solamente hacen un seguimiento del objeto, sino que son capaces de dirigir automáticamente el tubo a un objeto que le digamos; son las llamadas monturas GOTO.
Tienen una base de datos con decenas de miles de objetos, tanto de cielo profundo como del Sistema Solar (el Sol, la Luna y planetas) o estrellas. Además, nos permiten almacenar objetos definidos por nosotros, como cometas, asteroides u otros objetos.
La imagen de la derecha muestra la montura goto que utilizo para planetaria. Es menos robusta y aguanta menos peso que la de la imagen en la que indico las partes de una montura (la blanca y que utilizo para astrofotografía de cielo profundo, que también es goto). Pero para astrofotografía planetaria no es necesario una montura tan robusta y es más portable
De todas maneras, para que la montura nos lleve al objeto, una vez alineada, le hemos de proporcionar nuestras coordenadas, la fecha y la hora, así como un ajuste a dos o tres estrellas.
Las monturas altazimutales monobrazo y horquilla también pueden ser goto, como las de las imágenes del apartado de monturas altazimutales. Incluso a las monturas dobsonianas se les puede incorporar un kit goto para que dicha montura vaya a los objetos automáticamente y los siga.
Sin embargo, aunque dichas monturas altazimutales sean goto, no se podrá hacer con ellas astrofotografía de larga exposición, pues la rotación de campo seguirá.
Cuña ecuatorial
Una cuña ecuatorial es un soporte que puede inclinarse con ángulo variable y que convierte una montura altazimutal en ecuatorial. Con este soporte podremos inclinar, con el ángulo de nuestra latitud, la montura altazimutal, de manera que el eje de azimut pasa a ser de ascensión recta y el de altura pasa a ser de declinación.
Con una cuña ecuatorial ya podremos seguir un astro moviendo únicamente un eje, el de AR y, por tanto, nos permitirá hacer astrofotografías de larga exposición sin rotación de campo.
En realidad, el ángulo que estamos abriendo o cerrando es el de la colatitud, pero como latitud y colatitud son complementarios (suman 90º), podemos saber la latitud restando a 90º la colatitud.
Las cuñas ecuatoriales no son difíciles de hacer, pero también pueden comprarse. Una muy popular es la que lleva la pequeña montura Star Adventurer de SkyWatcher.




Esta cuña se monta sobre un trípode de fotografía, cuanto más robusto mejor, y tiene un soporte para cola de milano donde se acopla la Star Advenurer. Ésta es una montura motorizada en un único eje, el cual, una vez montada la Star Adventurer sobre la cuña, es el de ascensión recta.
Es una montura ideal para astrofotografía de gran campo con cámara y objetivo, o con un refractor pequeño. Se le puede incorporar una barra de contrapesos para un mejor equilibrado y, por tanto, un guiado más fino.


Como se observa, dispone de un buscador de la Polar (introsocopio), para hacer una puesta en estación más fina. Con esta montura, pero en lugar de la EOS 70D, la EOS 550D y en lugar del Canon 70-300, el Tamron 90, hice las fotos de la entrada Zonas Deneb y Sadr, la cola y el vientre del Cisne.
Hola, tuve dos telescopios altazimutales. El buscador me era complicado usarlo y me iba directo al tubo para localizar de forma manual el astro que quería visualizar. Era un poco pesado, pero lo lograba casi todo el tiempo (con astros muy brillantes), con los más débiles era muy difícil. Era emocionante y entretenido. Quedo maravillada con la tecnología que existe para visualizar el cielo.
Saludos.
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Hola. Sí, yo al principio también buscaba manualmente. Aunque fuera con ecuatorial, también era un poco pesado. Pero cuando encontraba lo que buscaba era una pasada; como dices, era emocionante y entretenido. Además, aprendí mucho del cielo. Sí, la tecnología de hoy día no tiene nada que ver. Un saludo y gracias por comentar
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