El día 12 de enero de 2019, la Luna en su sexto día, estaba creciente a dos días de su fase de cuarto creciente y una iluminación del 31%. Estaba en Querol, donde la noche era fría, pero muy nítida y, a pesar de la luz de la Luna, bastante estrellada. Monté el telescopio (un reflector Skywatcher 200/1000) y la estuve observando durante un rato. No sé, la Luna tiene algo que, por mucho que la mires, siempre fascina, hipnotiza.
Después de la observación le hice unas fotos. La primera fue la imagen siguiente, realizada con una cámara Canon EOS 70D acoplada al reflector.

Después puse un ocular Hyperion de 13 mm en el porta oculares y, con la misma cámara, realicé dos fotografías. De estas dos tomas realicé el mosaico de la imagen de la izquierda.
Como puede verse en ambas imágenes, la zona del terminador (la frontera entre el día y la noche selenita, donde el contraste es mayor y se aprecia mucho mejor la geología de la Luna), está repleto de cráteres, especialmente en su zona sur.
También se aprecian perfectamente varios de sus mares (Serenitatis, Tranquillitatis, Fecunditatis, Crisium, Asperitatis y Fecunditatis), que de mares nada, son afloramientos basálticos producidos por el impacto de meteoritos. Se llaman así porque en la antigüedad los confundieron con auténticos mares, ya que vistos a simple vista es lo que les parecieron.
La siguiente imagen es un mosaico de cuatro fotografías que realicé poniéndole una extensión al ocular que da más aumento, y es del terminador de la Luna. En ella he indicado los principales accidentes de la zona.


Antes de montar el telescopio estuve haciendo unas fotos con la EOS 70D y el objetivo Canon 15-85 de la Luna de día. Son las siguientes.


Una vez se hizo de noche, y antes de montar el telescopio, realicé esta otra (con la misma cámara y objetivo que las anteriores de la Luna de día), donde puede verse la luz cenicienta (es la zona que no le da la luz solar, es decir, es de noche en la Luna, pero que está un poco iluminada; esta pequeña iluminación es debida a la Tierra, la luz del Sol reflejada en la Tierra ilumina la zona oscura de la Luna con esta luz apagada, con esta luz cenicienta). Además, arriba y a la derecha se ve un puntito; no es una estrella, sino nuestro vecino Marte.
