Un satélite natural, o luna, es cualquier cuerpo que orbita alrededor de un planeta, o también de un planeta enano. Es más pequeño que el planeta y le acompaña en su traslación alrededor del Sol. Se llaman naturales en contraposición a los artificiales, que son objetos que orbitan la Tierra, la Luna y otros planetas y que los ha fabricado el ser humano.
En el caso de la Luna, que tiene 1/81 parte de la masa de la Tierra, puede considerarse como un sistema binario de planetas; lo mismo pasa con Plutón y Caronte. De hecho, Caronte es el satélite más grande del Sistema Solar en comparación con su planeta (Caronte tiene un diámetro de 1207 km y Plutón de 2370 km, es decir, aproximadamente la mitad).
De los ocho planetas, todos tienen satélites menos Mercurio y Venus; de los cinco planetas enanos, Ceres tampoco tiene.
El gráfico siguiente muestra los principales satélites del Sistema Solar y la comparación de éstos con el tamaño de la Tierra. También está Disnomia, el único satélite de Eris y el segundo mayor de los satélites de los planetas enanos, después de Caronte.

Los 16 satélites mayores del Sistema Solar (con diámetros superiores a los 1000 km) son, en orden de mayor a menor: Ganímedes (Júpiter), Titán (Saturno), Calisto (Júpiter), Io (Júpiter), Luna (Tierra), Europa (Júpiter), Tritón (Neptuno), Titania (Urano), Rea (Saturno), Oberón (Urano), Japeto (Saturno), Caronte (Plutón), Umbriel (Urano), Ariel (Urano), Dione (Saturno) y Tetis (Saturno).
De los planetas interiores, Mercurio y Venus no tienen satélites, la Tierra tiene uno y Marte dos, que son dos pequeñas rocas amorfas que orbitan a su alrededor. Sin embargo, los cuatro planetas exteriores tienen numerosos satélites naturales: hasta ahora se conocen 97 de Júpiter, 146 de Saturno, 28 de Urano y 16 de Neptuno.
Los satélites de estos cuatro planetas gigantes se dividen en dos grandes grupos, satélites regulares y satélites irregulares.
Se denominan satélites o lunas regulares a aquellos satélites naturales que orbitan relativamente cerca del planeta y de manera directa (en el mismo sentido que el planeta), con órbitas circulares o de muy poca excentricidad y con inclinaciones muy bajas o nulas, es decir, en el plano ecuatorial del planeta, todo lo cual hace suponer que se formaron del mismo disco protoplanetario que formó el planeta.
Por otro lado, satélites o lunas irregulares son satélites naturales con órbitas, tanto directas como retrógradas, muy alejadas del planeta (así por ejemplo, Calisto, la última luna regular de Júpiter, está a algo menos de dos millones de kilómetros del mismo, mientras que Temisto, su primera luna exterior o irregular está a más de siete millones de kilómetros del planeta), y muy excéntricas e inclinadas en su mayoría, lo que hace suponer que fueron capturados por la gravedad del planeta.
Entradas:
- Fobos y Deimos, los satélites de Marte
- Los satélites de Júpiter. Los galileanos
- Los satélites de Saturno
- Los satélites de Urano
- Los satélites de Neptuno
- Los satélites de los objetos transneptunianos
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